CONFESIONES DE UN JURADO: 7 consejos para concursos literarios

Existe un placer delicioso de la vida que todo amante de la literatura se alegraría de poder disfrutar: formar parte del jurado de un concurso literario.

Esto significa trabajar desde las sombras, con acceso a la totalidad de las obras participantes, muchas de las cuales no llegarán a estar disponibles para el resto de los lectores.

Por supuesto, una situación de tal privilegio no es gratuita. El precio es la responsabilidad adquirida. Y es que, ¿cómo decidir qué obras son mejores que otras? ¡Qué terrible es descubrir, al evaluar por segunda vez un mismo relato, que esta vez le darías una puntuación distinta! Ser miembro del jurado supone poner en manos de la subjetividad personal los sentimientos e ilusiones de otras personas. 

Dicho esto, y tras cuatro años de experiencia como miembro de un jurado literario, me gustaría compartir algunas de las conclusiones personales que he adquirido, esperando que éstas sirvan a modo de consejo para todos aquellos que busquen postularse en la dura prueba del concurso literario:

 

  1. ORTOGRAFÍA. Como miembro de jurado se busca encontrar argumentos objetivos con que decidir qué obra es mejor que otra. En la búsqueda de una píldora mágica contra los remordimientos que supone el proceso evaluativo, descartar obras por sus faltas ortográficas puede ser muy tentador. ¡Vigila, pues, tu ortografía!
  2. BASES DEL CONCURSO. En la misma línea que el consejo anterior, sería una pena si tu relato no es seleccionado debido, por ejemplo, a que supera en alguna palabra el máximo propuesto en las bases. Con la dificultad añadida de que, en este caso, el miembro de jurado no puede decidir pasar por alto este error: las bases son las bases, y el resto de concursantes se sentirían mosqueados si alguien vence al margen de la ley.
  3. LLAMAR LA ATENCIÓN. A un concurso llegan cientos de propuestas, de cientos de aspirantes. Todos ellos tratan de ganar, y para ello es necesario sobresalir entre el resto, para llamar la atención del jurado. Destacar en el contenido de la obra, a la vez que en su forma, es una estrategia que puede ser ganadora. Es decir: ¡cuenta algo extraordinario de manera extraordinaria! Aunque es cierto que también se puede llamar la atención con una descripción sensible de una situación cotidiana, cabe decir que no se es genial con precaución.
  4. TEMA DEL CONCURSO. Muchos de los concursos proponen un tema, y el autor se ve obligado a ligar de algún modo su narración a dicha temática. Buscar relaciones no obvias puede ser llamativo, pues gran parte de los participantes se conformarán con la relación más evidente.  
  5. TÍTULO DE LA OBRA. Posiblemente te sorprendería comprobar cuántas obras participantes llevan por título el tema del concurso. ¡El título es la primera bala con que llamar la atención! ¿Por qué desperdiciarla?
  6. REESCRITURA. Un escritor o escritora puede definirse como el artesano que produce cuchillos con que atravesar a sus lectores. Un re-escritor es un afilador de cuchillos. Que tu cuchillo sea el más afilado.
  7. FRACASA MEJOR. No sucumbir ante ningún fracaso. Aunque es una posibilidad minúscula, tal vez exista alguien más habilidoso o habilidosa que tú. O simplemente la subjetividad de tu jurado no sepa ver las cualidades que les presentas. En cualquier caso, probablemente halles un aprendizaje con el que hacer que tus futuras obras, de volver a fracasar, fracasen con mayor calidad.

Dicho esto sólo resta encontrar tu concurso, y lanzarte mostrar tu picardía y la sensibilidad que mueve tus dedos. Desde defotoLibros, por supuesto, te animamos a participar en nuestro concurso literario de relatos breves (200 palabras) destinado a escritores nóveles. En esta 5ª edición la temática vuela en torno a las 7 notas musicales: Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si. ¿Te atreves?

Encuentra AQUÍ las bases completas.

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Escribe @_JEscobedo (twitter)